"Adicto al Heavy Metal", ganó juicio y pensión...

Un Sueco de 40 años, probablemente más flojo que la mandíbula de arriba, le hizo un gol de mediacancha a la justicia de su país, luego de conseguir que calificara su pasión por el Heavy Metal como un tipo de enfermedad y le asignara 400 euros mensuales (unos 277 mil pesos chilenos) por padecer de una "invalidez".´

Tal cual, porque lo cierto es que el buche, Roger Tullgren, de 42 años, será desde ahora subsidiado por el Estado para garantizar su normal forma de vida.

Según uno de los jueces del tribunal que se paleteó con el flojo, Tullgren "no puede desempeñar su trabajo sin someterse a intensivas sesiones de heavy metal".

DEPENDIENTE
El sueco, que parece que en realidad no tiene nada de tal, asistió sólo el año pasado a más de 300 recitales de este tipo de música, con el evidente resultado de ser despedido de cada pega que consegía.
Por eso, desde hace una década el patán de marca mayor le estaba pidiendo a la justicia que reconociera su pasión por esta corriente como una dependencia, en la misma onda que las drogas o el alcohol, hasta que finalmente lo logró.
El buchini aseguró que su adicción nació en 1971, cuando su hermano mayor lo hizo escuchar un disco de Black Sabbath y su vida cambió para siempre.

LAVAPLATOS
Una vez conocida la sentencia del tribunal y ya con sus 400 euros mensuales asegurados, Tullgren comenzó a buscar un trabajo de media jornada que le permita escaparse a ver sus recitales cada vez que lo "necesite".
Y bien le fue, porque ahora labora como lavaplatos y su nuevo jefe le permite ir a la pega con sus ropas de cuero y llena de clavos.

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